Quien trineó en el Picu l'Arbolín y en Caxidi y se bañó bajo el «puente romano», en La Morra y en la Olla del Dobra; alguien que conoció un golondrosu salvaje y que jugó en el Borinquen y en lo de Garro; el que subió a pie a los Lagos y se bañó en el agua helada del Bricial; aquel que vivió en Contranquil, en la Carretera Cañu, en El Parque y en la avenida de Covadonga; ese que saltaba la «foguera» de San Antoniu y caminaba hasta Cañu para celebrar La Salud; quien estudió en el Vázquez de Mella y en el Rey Pelayo, actuó en el teatro Colón, besó en el cine Park y se desmelenó en Galaxia; uno que remó en La Llongar y disfrutó del Cánicas de Potente, Pirri, «El Cura», Nachón, Mamel, Clemente, «El Rubio», Casimiro, Arduengo o Silverio...; ése, sin renunciar a otras patrias, es y será cangués. Requetecangués.R.D
