LA POLITICA UTIL

La Política útil
Me encontraba en una cafetería hablando con una amiga a la hora de comer y en el fondo de la cafetería se hallaba, como no, una televisión encendida.
En ella se comentaban todos los frentes de actualidad. De la actualidad que determinados sectores pretenden que veamos, no nos confundamos.
Sin más contemplaciones, empezamos a preguntarnos el fin de tal fin sin final.
Porque determinados políticos se empozan en hablar con insignificantes individuos “llamemoslos de alguna manera”, con el fin de obtener réditos políticos para sus amiguitos de andanzas.
Nos damos cuenta que la conversación no lleva a ninguna parte, pues la normalidad, dentro de unos parámetros, nos lleva a la conclusión de que las incongruencias y “babayaes” de estos sinsentido, no generan mas que crispación y malestar.
Pues bien, como todos sabemos a quienes nos estamos refiriendo, vayamos al quid de la cuestión, DEDIQUENSE A HACER POLÍTICA.
La gente en España solo quiere una cosa, que les dejen vivir. Ustedes, hagan su trabajo, que cual es, ¡GOBERNAR!
Un hombre que sale de casa a trabajar a las 6 de la mañana para dar de comer a sus hijos, no tiene porque andar preocupándose de que a un terrorista le rebajen la pena después de haber matado a 25 personas.
Ese mismo hombre, cuando llega al trabajo, tiene que aguantar a otra persona que le intenta hablar en un idioma que no comprende, y que le intentan imponer a base de multas y de la fuerza.
¿Creen ustedes queridos lectores, que un trabajador, se tiene porque andar preocupando de problemas que no le corresponden?
Cuando cumpla 60 y pico años, después de haber trabajado día y noche para dar de comer a sus hijos, para mantener un coche, para ir de merecidas vacaciones, para comprarse una casita en el campo o para lo que le de la gana, aparecerás estos señores diciendo que ya no hay dinero para pensiones porque se lo han gastado todo.
Lo han gastado, lo gastaron y lo gastarán en fines sin fin. o Yo no quiero dos idiomas si mis hijos no tienen derecho a una vivienda digna.
o Yo no quiero un asesino en la calle porque se pone en huelga de hambre.
o Yo no quiero que me peguen ni me insulten por la calle por llevar con orgullo una bandera de mi país.
o Yo no quiero que me tachen de facha por intentar tener una única nación.
SOBRE TODO Y POR ENCIMA DE TODO, LO QUE QUIERO, ES QUE ME DEJEN VIVIR
David Blanco.